Hola Papá,
Hoy se cumplen tres años desde que te fuiste. Parece mentira.
Yo siento que fue ayer cuando ocurrió todo.
Y tal día como ayer miraba el reloj y recordaba todo lo que fue aconteciendo aquel 1 de mayo de 2015, detalle a detalle, hasta el fatal desenlace la madrugada ya del día de hoy.
Sentía tu dolor y tu angustia como propia y a la vez un grandísimo sentimiento de culpa por no haber estado más pendiente de tí y haber quizás, subestimado tu malestar.
Reviví a través del pensamiento cada momento de aquel día y sabe Dios que sentí como mi corazón se encogía marchitaba.
El dolor sigue ahí dentro presionando y mi mente todavía no acaba de creerse que te has ido. No quiere creerlo, ni siquiera pensarlo ni escribirlo.
Papa últimamente estoy tirando muchas cosas de las que tú guardabas con tanto celo y esmero. Y por ello no puedo evitar sentirme cruel y culpable.
Intento quedarme con lo más valioso e importante, aunque a veces me resulta muy difícil seleccionar las cosas que objetivamente lo son (pues para mí todo lo que tú guardabas lo era) pero tengo que hacerlo Papa, y yo sé que tú lo comprendes porque tú mismo lo decías muchas veces que tenías que hacer limpieza y empezar a tirar cosas.
Pero me resulta tan duro y doloroso ver cómo todo tu esfuerzo, tiempo, dedicación, ilusión, quedan reducidos en bolsas de basura...
Ya sé que en verdad y en el fondo no es así, porque todo ese tiempo, esfuerzo e ilusión que tú has dedicado en tu vida terrenal ha dado sus frutos y lo más importante y valioso que has logrado no son las cosas materiales que has ido acumulando, sino, el cariño, respeto y lealtad de tu mejor patrimonio: tus amigos.
Es por eso, en parte, que siento consuelo al pensar que si me desprendo de cosas materiales, no significa que deje de valorar todo lo Bueno, Grande y Excepcional que te considero, no solo ya como padre, sino como persona y ser humano, ni quita lo muchísimo que te admiro, un poco más si cabe cada día que pasa y voy descubriendo entre tus cosas algún nuevo detalle o recuerdo que me maravillan y emocionan.
Sé que por mucho que me esfuerce jamás llegaré a alcanzarte y déjame decirte que me siento orgullosa de ello.
Perdóname si en alguna cosa te estoy fallando y decepcionando papá, sé que hago cosas mal y quiero cambiarlas, lucho por cambiarlas, pero no me resulta nada fácil y tú sabes a qué me refiero.
Tambien sé que, de algún modo, desde donde estas, sigues protegiéndome y velando por mi como lo hacías cuando estabas aquí a mi lado, en la vida terrenal.
Cómo te decía al principio de estas letras papa, hoy se cumplen tres años desde que te fuiste de mi lado y el tiempo ha pasado muy rápido, demasiado, pero cada día, cada instante que he pasado sin ti el vacío de tu ausencia física ha sido de una inmensidad abismal y abrumadora.
Ay Papa!, Papi, Papito mío, qué voy a decirte yo, que tú ya no sepas... Que te quiero con toda mi Alma y que te echo tanto de menos... Y que aquí estoy, luchando todo lo que puedo por tí y por la mamá, por vosotros, que soys mi única razón de ser, mi impulso para seguir andando, porque sólo en mi queda ahora la inmensa responsabilidad de defender vuestro patrimonio y memoria, vuestro legado y recuerdo y mientras a mí me quedé un halo de vida los protegeré y velaré por ellos con uñas y dientes.
Vosotros me lo habéis dado Todo, en esta vida y gracias a vuestro sacrificio y sufrimiento yo puedo seguir adelante sin teneros aquí.
No tengo palabras...
...GRACIAS.
OS QUIERO CON TODA MI ALMA.
SIEMPRE JUNTOS,
SIEMPRE.
Vuestra hija,
Olga María.
2 de Mayo 2015 - 2018