miércoles, 28 de febrero de 2018

ENRIQUE CASTRO "QUINI"

Ayer se me heló el corazón al escuchar que nuestro querido Enrique Castro "Quini", abandonó este mundo repentinamente. 
Se fue como el papa, sin sufrir, y estoy segura de que ya se han reencontrado y abrazado en ese otro mundo, no sólo con mi padre, sino con todos esos seres queridos que le esperaban, como su hermano, todo un héroe sin duda. No tengo palabras de consuelo para Lorena, sus hermanos, el pequeño Jordi, catalán de nacimiento, y su querida esposa Mari Nieves, una Gran Mujer.
Mis padres y yo tuvimos la gran suerte de conocerlos y compartir con ellos momentos muy especiales y felices como cuando vinieron al Restaurante, para celebrar la liberacion del secuestro de  Quini por ETA.

Yo era muy pequeña y apenas recuerdo vagamente aquellos tiempos pero me quedan montones de fotos y el recuerdo de todo lo que mi padre me contaba.

Quiero quedarme con todo lo bueno, lo feliz, las risas, los chistes, la alegría, el humor, los abrazos y por supuesto también con las lágrimas, claro que sí, pero no de tristeza, desespero o desconsuelo, sino de emoción, por todo lo mágico y maravilloso que nos dió "El Brujo" y porque eso no morirá jamás y quedará por siempre en la memoria del tiempo.

Desde ayer brilla una Estrella más en el Firmamento.
Desde ayer el Cielo se ha Embrujado.

Cuida de mis Padres Campeón.

Siempre en mi recuerdo, siempre:

Don Enrique Castro "Quini" ("El Brujo")

Olga María Puig Martínez.
















Ahora, Quini, ahora,
Ahora ya eres INMORTAL.

A 28 de Febrero de 2018


viernes, 16 de febrero de 2018

Suele suceder...

A veces, o casi siempre, son necesarios esos momentos duros y difíciles que se nos presentan en la vida, para que valoremos lo realmente importante, aprendamos y crezcamos.
Si todo fuera de "color de rosa" nos convertiríamos en autómatas, inhumanos, seres sin sentimientos ni valores.
Lo tendríamos todo tan fácil que nos acomodaríamos en la ignorancia y el egoísmo.
Así lo pienso y creo yo.
Y por eso siempre intento sacar la parte positiva de todo lo malo que me ocurre o me depara la vida.
En mi opinión, Siempre la hay, aunque a veces nos cueste encontrarla.
De este modo siento que todas mis experiencias han servido para algo y, de algún modo, me han sido útiles.
No han sido vividas en vano o días perdidos.

Olga Puig Martínez




lunes, 12 de febrero de 2018

FEBRERO

Esta canción de Sergio Dalma fue, es y será por siempre muy significativa para mí.
Por el el mes que lleva por título, uno de los que menos me gusta del calendario anual y por la edad que se menciona.
Y es así porque siempre he pensado que fue en ese mismo mes y con esa misma edad cuando mi vida se paralizó y me quedé anclada en un tiempo del que todavía soy fiel esclava.

Y sigo siendo aquella niña de trece años, asustada y enmudecida que vió a su mamita  durmiendo indefinidamente, metida en una caja de madera, un día de febrero de 1989.

https://youtu.be/TTWS0J_nuMQ

jueves, 8 de febrero de 2018

29 Años, Mami.

Otro 8 de febrero maldito para papi y para mí, que transcurre en el calendario de esta vida terrenal sin tu presencia física mamita.

Y ya son 29. 
Los últimos 3 ya cuentas con la compañía incondicional e infinita del Papa, junto a la de tu otra hijita Olga, con la que te reencontraste después de 18 años huérfana, y ahora, muy a mi pesar, también el papa se ha podido reunir con su primera hija, y mi querida hermanita Olga os tiene a su lado a los dos.

Yo me consuelo pensando que los tres desde ese Cielo hermoso donde reposáis también cuidáis de mí y me protegéis igual que lo habéis hecho en vida, o incluso más.

Mamita mía, cómo decirte que tengo en mi mente grabados a fuego, todos y cada uno de los momentos que compartimos juntas.
Te recuerdo como si te tuviera aquí mismo con tu bata roja, tus rulos en la cabeza y también con tus zapatos de tacón de aguja, tu abrigo "suave", tu precioso pelo caoba y tú faz siempre, o casi siempre, con esa ligera máscara de maquillaje para ocultar tus ojeras, tus párpados hinchados, tu rostro cansado y fatigado, pero siempre con esa espléndida sonrisa para no transmitir dolor ni sufrimiento a quienes tenías cerca; Tus manos, con tus dedos ligeramente hinchados, mirándotelas constantemente para controlar la retención de líquidos; Tu forma de hablar y de reírte, con ese  aire y salero manchego que tan orgullosa me siento de haber heredado. 
Todavía siento el calor de tu regazo, ese calor único y maravilloso que sólo transmite una madre, y tu olor, ese adorable y reconfortable aroma que me embriaga de calma, sosiego y paz.

Y tantas y tantas cosas más...

Tan solo tenía 13 años cuando te fuiste, pero fue tanto y tan grande e intenso el Amor que me entregaste en cada uno de los instantes que compartimos, que los llevo conmigo tan presentes como si los hubiese vivido ayer mismo. 

Y por ello le doy gracias a Dios, por haberme concedido el privilegio de disfrutar de tí físicamente 13 años que se han convertido en toda una eternidad en mi alma y corazón.

Y a tí, mamita, qué decirte, que cada día que pasa me doy más cuenta de la Gran Madre que tuve, tengo y tendré por siempre, que eres un Ejemplo a seguir por tu valentía, fortaleza, coraje, espíritu de lucha y sacrificio y quiénes te conocemos sabemos que en verdad es así y que no hay adorno en mis palabras ni atisbo de subjetividad.

Siempre conmigo mamita.
Siempre.

Tu tesoro,
Olga María