Ayer se me heló el corazón al escuchar que nuestro querido Enrique Castro "Quini", abandonó este mundo repentinamente.
Se fue como el papa, sin sufrir, y estoy segura de que ya se han reencontrado y abrazado en ese otro mundo, no sólo con mi padre, sino con todos esos seres queridos que le esperaban, como su hermano, todo un héroe sin duda. No tengo palabras de consuelo para Lorena, sus hermanos, el pequeño Jordi, catalán de nacimiento, y su querida esposa Mari Nieves, una Gran Mujer.
Mis padres y yo tuvimos la gran suerte de conocerlos y compartir con ellos momentos muy especiales y felices como cuando vinieron al Restaurante, para celebrar la liberacion del secuestro de Quini por ETA.
Yo era muy pequeña y apenas recuerdo vagamente aquellos tiempos pero me quedan montones de fotos y el recuerdo de todo lo que mi padre me contaba.
Quiero quedarme con todo lo bueno, lo feliz, las risas, los chistes, la alegría, el humor, los abrazos y por supuesto también con las lágrimas, claro que sí, pero no de tristeza, desespero o desconsuelo, sino de emoción, por todo lo mágico y maravilloso que nos dió "El Brujo" y porque eso no morirá jamás y quedará por siempre en la memoria del tiempo.
Desde ayer brilla una Estrella más en el Firmamento.
Desde ayer el Cielo se ha Embrujado.
Cuida de mis Padres Campeón.
Siempre en mi recuerdo, siempre:
Don Enrique Castro "Quini" ("El Brujo")
Olga María Puig Martínez.
Ahora, Quini, ahora,
Ahora ya eres INMORTAL.
A 28 de Febrero de 2018
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