25 años sin tí, mami, un cuarto de siglo sin tu presencia física entre nosotros.
Y me sigue pareciendo que fue ayer mismo cuando me vinieron a buscar al colegio el papi y la tieta para decirme que te habías quedado dormidita para siempre.
Yo me quería ir contigo y así lo repetía una y otra vez entre lágrimas.
La Directora del Colegio y la Jefa de Estudios les decían al papa y a la tieta que era normal que reaccionara así.
Hoy, 25 años después, sigo deseando lo mismo que aquella fatídica tarde gritaba entre sollozos en el despacho de la Directora del Colegio.
Y es que para mí el tiempo se detuvo en aquel preciso instante en que te quedaste dormida para siempre y mi vida se congeló.
Todavía brotan lágrimas de vez en cuando, pero siempre en silencio y soledad.
Desde el mismo día de tu entierro dejé de sollozar, el llanto se tornó incredulidad, dolor, angustia y opresión en el alma y corazón.
Donde quiera que estés mami, no me abandones nunca porfavor. No sabes cuánto te necesito.
Bueno, sí lo sabes, verdad?
Te quiero mami.
Olga Mª
(8 Febrero 1989 - 8 Febrero 2014)