Querida Mami,
Hoy se cumplen 24 años desde que nos dejaste físicamente a papi y a mí. Yo tenía 13 y vosotros 48. Pero me sigue pareciendo ayer mismo. Es como si el tiempo no hubiese transcurrido para mí.
Sigo sintiéndome aquella adolescente insegura y perdida de 1989. Y cada día que pasa siento más tu ausencia y el vacío que dejaste en mi vida.
Quiero creer que tu alma sigue viva en algún lugar hermoso y puro dónde nos volveremos a encontrar algún día y que, mientras tanto, aunque no pueda verte, permaneces junto a mí, cuidándome, protegiéndome y guiándome para que aprenda a escoger el camino correcto.
Gracias Mamá: Por darme la vida, arriesgando la tuya propia, por todos los sacrificios que has hecho por mí, por soportar mis rabietas, por las noches que has pasado arrodillada junto a mi cama, por todo lo que me has enseñado y transmitido, por quererme tanto, por existir...
Siempre seguirás viva en mi corazón y pensamiento.
Te adoro.
Tu niña,
Olga
(8 Febrero 1989 - 8 Febrero 2013)
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