Primer Domingo de Mayo, el Día de la Madre, dicen, en esta sociedad de consumismo dónde intentan comercializar con los sentimientos de las personas.
Para mí el Día de la Madre lo es todos y cada uno de los días del año, pues no hay un sólo instante en que deje de pensarla y de albergarla en mi corazón.
La recuerdo constantemente, le digo que la quiero, que la necesito, que la echo de menos y que mi vida no ha vuelto a ser la misma desde que ella se fue, no hoy, especialmente, por ser el Día de la Madre, sino todos los días.
Contemplo su foto de día y de noche, al levantarme y al acostarme, con lágrimas en los ojos y con una sonrisa en mi rostro, en los días grises y en los soleados, cuando la pena me ahoga y me flaquean las fuerzas, pero también cuando me siento valiente y llena de energía para seguir luchando.
La Felicito y la Venero cada día, por ser una Gran Mujer, Extraordinaria Madre y Amiga que sacrificó su vida por mí y se entregó en cuerpo y Alma a su familia; y, aun a pesar de estar enferma y saber mejor que nadie que su vida se iba apagando, jamás demostró su tristeza y dolor a sus seres queridos, por evitarnos el sufrimiento, y siempre mantuvo una espléndida sonrisa y una mirada alentadora para nosotros.
Así eras tú, mami, y así lo sigues y seguirás siendo eternamente.
Por eso te mereces todas las Felicidades y Honores del Mundo, no sólo hoy, porque digan que es tu Día, no, sino Todos y cada Uno de los días que me queden por vivir aquí y para toda la Eternidad cuando ya estemos juntas.
Te Adoro Mami
Tu hija,
Olga María Puig Martínez
No hay comentarios:
Publicar un comentario